Y nada como echar la vista atrás,
Con esto me refiero que tan importante es el legado que la humanidad nos deja como lo que cada día nuevo nos brinda. Tendemos a pensar demasiado en el futuro y a añorar acontecimientos del pasado. Creo conveniente vivir por y para el presente, que es lo que determinará nuestra vida en un hipotético futuro, pero el pasado, la memoria, hay que tenerla siempre actualizada, pues es el resultado de todo lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida.
En fin, pensamiento de las 12,28 del 14 de febrero.
UNA VIDA DEDICADA AL ARTE
Literatura, música, pintura. De esto va a tratar el blog que preparo y que mantendré al día con reseñas de autores y sus obras y las mías propias.
lunes, 14 de febrero de 2011
martes, 11 de enero de 2011
OBJETIVOS OFICIALES 2011
¡Cuánto tiempo!,
Jeje, ya estoy de vuelta. Lo que me ha costado abandonar definitivamente la comodidad de la fiestas navideñas, entre turrones, cenas y comidas y esos despertares tempranos para mirar el despertador y darte cuenta de que te puedes pasar en la cama al menos otro par de horas más. Pero ya las doy por concluidas, ¡ea! Es que es hora, ¿no?
Bueno, voy con los objetivos del presente año. El anterior fue fantástico por todo lo que fui capaz de hacer, las costumbres que conseguí cambiar y establecer y mi discreto vuelo definitivo del mullido y calentito nido que es la casa familiar. Este 2011 se presenta muy difícil en lo que respecta al tema laboral; la empresa para la que trabajo que hasta ahora había estado haciendo puenting, se ha percatado de que las deudas han aparecido con previo aviso, pero la ceguera codiciosa de la firma no les hacía caso y ha sido el momento perfecto para aprovechar el egoísmo invidente de ésta y cortarle la cuerda que la sujetaba a un puente que encima se tambalea peligrosamente. Vamos, resumiendo, que se encuentra en caída libre hacia la sima de la miseria y la desesperación. Un año de incertidumbre que nos cubre cada vez más con la sombra del ocaso definitivo de lo que fue una época de jolgorio económico y desaforado que no va a repetirse. Teniendo en cuenta esto, que sobre todo atenta contra mi vida... busco en los archivos de mi memoria... ¡Jolín! pues sí que hace tiempo que no uso esta palabra... contra mi vida... ¡Mecachis! a mirar el diccionario... ¡emancipada, eso es! Bueno, más que nada porque como llegue el momento en que no me paguen y no pueda hacer frente al alquiler, vuelta al redil. Dejando esto a un lado, ahora sí, y con un punto y aparte, paso a listar mis objetivos oficiales del año.
Objetivos que cumplir al lo largo de este primer año de la segunda década del siglo XXI:
- Artísticamente voy a introducir nuevas técnicas y labores en el arte plástico que practico con pasión. A saber:
+ Dibujo a plumilla: láminas dibujadas con rotring, jeje. Lo de la plumilla se me hace un poco anticuado (lo que hay que oir).
+ Acuarela: ya va siendo hora de aprender bien este tipo de pintura tan "acuosa".
+ Pintura acrílica: aunque ésta más bien me gustaría usarla para un tipo de pintura más plana que me gusta tratar de vez en cuando en mis lienzos; algo más tipo dibujos animados, pero sin animar.
+ Serigrafía: ¿por qué no? Acabo de terminar un librito sobre Andy Warhol, al cual seguiré estudiando, y me gustaría incorporar este tipo de arte reprográfica a mi repertorio.
+ Grabado: me parece interesantísimo lo de raspar un lámina de metal para pasar luego el resultado al papel colando la tinta en los huecos resultantes de haber "mordido" el cinc o el cobre. Incluso también el aguafuerte.
+ Litografía: por probar, ¿no? El uso de piedra caliza y ácido para obtener una lámina pétrea de la que obtener copias sobre láminas de papel.
- En lo musical este es un año importante. Habiendo sido el primero válido como acercamiento fundamental a la base más baja de este ámbito, el presente me servirá para establecerla definitivamente y comenzar a descubrir más en profundidad y con mucho más interés el complejo mundo del sonido melódico y armónico. Por supuesto va a ser el año en el que empiece a tocar con gente, fundamental para aprender realmente a tocar un instrumento y comprender la música como lo que es, un arte compartido y que se complementa con su combinación en directo con otros músicos. Además en unos meses me voy a comprar un saxofón barítono, pedazo de instrumento de una potencia descomunal y para mí increiblemente atractivo. Como saxofonista en ciernes debo añadirlo a los tres que ya toco: soprano, alto y tenor. También voy a hacerme con una trompeta píccolo, para redondear el equipo de este tipo de instrumentos: trompeta, corneta y fliscorno. En el caso de la batería, a seguir con ella, que además creo que es lo que más salida va a tener con respecto a tocar en grupo.
- La literatura; para empezar está el regreso a las aulas, cinco años después, para terminar lo empezado hace justo diez años atrás, pero sobre todo para formarme de verdad, aprender más y recordar que no dejaré de hacerlo nunca mientras viva; el día que deje de hacerlo será muy triste para mí. La Filología Hispánica, convertida ahora con el Plan Bolonia en el Grado de Lengua y Literatura. Aún puedo aprovechar el último curso que queda de la antigua licenciatura, el cuarto, que será el curso que viene. Después tendré que convalidar las asignatura y pasarme al grado. Mientras tanto por mi cuenta leo mucho, sobre autores, sus obras, los indispensables, y mientras abor mi mente para que tenga cabida lo nuevo y lo viejo: el presente y el pasado. Hay que mirar siempre hacia delante, pero sabiendo siempre lo que queda detrás. Esto me recuerda que un amigo mío me dijo que en la cultura occidental la vida, el pasado, presente, futuro, se ve como una línea recta, por eso decimos que miramos atrás para referirnos al pasado, y adelante para referirnos al futuro. El oriente lo ven como una espiral, de manera que todo se interrelaciona mucho mejor. Artículos de opinión, ensayos, novelas, cuentos, poesía... De todo, hay que hacer de todo y beber de todos.
Jeje, ya estoy de vuelta. Lo que me ha costado abandonar definitivamente la comodidad de la fiestas navideñas, entre turrones, cenas y comidas y esos despertares tempranos para mirar el despertador y darte cuenta de que te puedes pasar en la cama al menos otro par de horas más. Pero ya las doy por concluidas, ¡ea! Es que es hora, ¿no?
Bueno, voy con los objetivos del presente año. El anterior fue fantástico por todo lo que fui capaz de hacer, las costumbres que conseguí cambiar y establecer y mi discreto vuelo definitivo del mullido y calentito nido que es la casa familiar. Este 2011 se presenta muy difícil en lo que respecta al tema laboral; la empresa para la que trabajo que hasta ahora había estado haciendo puenting, se ha percatado de que las deudas han aparecido con previo aviso, pero la ceguera codiciosa de la firma no les hacía caso y ha sido el momento perfecto para aprovechar el egoísmo invidente de ésta y cortarle la cuerda que la sujetaba a un puente que encima se tambalea peligrosamente. Vamos, resumiendo, que se encuentra en caída libre hacia la sima de la miseria y la desesperación. Un año de incertidumbre que nos cubre cada vez más con la sombra del ocaso definitivo de lo que fue una época de jolgorio económico y desaforado que no va a repetirse. Teniendo en cuenta esto, que sobre todo atenta contra mi vida... busco en los archivos de mi memoria... ¡Jolín! pues sí que hace tiempo que no uso esta palabra... contra mi vida... ¡Mecachis! a mirar el diccionario... ¡emancipada, eso es! Bueno, más que nada porque como llegue el momento en que no me paguen y no pueda hacer frente al alquiler, vuelta al redil. Dejando esto a un lado, ahora sí, y con un punto y aparte, paso a listar mis objetivos oficiales del año.
Objetivos que cumplir al lo largo de este primer año de la segunda década del siglo XXI:
- Artísticamente voy a introducir nuevas técnicas y labores en el arte plástico que practico con pasión. A saber:
+ Dibujo a plumilla: láminas dibujadas con rotring, jeje. Lo de la plumilla se me hace un poco anticuado (lo que hay que oir).
+ Acuarela: ya va siendo hora de aprender bien este tipo de pintura tan "acuosa".
+ Pintura acrílica: aunque ésta más bien me gustaría usarla para un tipo de pintura más plana que me gusta tratar de vez en cuando en mis lienzos; algo más tipo dibujos animados, pero sin animar.
+ Serigrafía: ¿por qué no? Acabo de terminar un librito sobre Andy Warhol, al cual seguiré estudiando, y me gustaría incorporar este tipo de arte reprográfica a mi repertorio.
+ Grabado: me parece interesantísimo lo de raspar un lámina de metal para pasar luego el resultado al papel colando la tinta en los huecos resultantes de haber "mordido" el cinc o el cobre. Incluso también el aguafuerte.
+ Litografía: por probar, ¿no? El uso de piedra caliza y ácido para obtener una lámina pétrea de la que obtener copias sobre láminas de papel.
- En lo musical este es un año importante. Habiendo sido el primero válido como acercamiento fundamental a la base más baja de este ámbito, el presente me servirá para establecerla definitivamente y comenzar a descubrir más en profundidad y con mucho más interés el complejo mundo del sonido melódico y armónico. Por supuesto va a ser el año en el que empiece a tocar con gente, fundamental para aprender realmente a tocar un instrumento y comprender la música como lo que es, un arte compartido y que se complementa con su combinación en directo con otros músicos. Además en unos meses me voy a comprar un saxofón barítono, pedazo de instrumento de una potencia descomunal y para mí increiblemente atractivo. Como saxofonista en ciernes debo añadirlo a los tres que ya toco: soprano, alto y tenor. También voy a hacerme con una trompeta píccolo, para redondear el equipo de este tipo de instrumentos: trompeta, corneta y fliscorno. En el caso de la batería, a seguir con ella, que además creo que es lo que más salida va a tener con respecto a tocar en grupo.
- La literatura; para empezar está el regreso a las aulas, cinco años después, para terminar lo empezado hace justo diez años atrás, pero sobre todo para formarme de verdad, aprender más y recordar que no dejaré de hacerlo nunca mientras viva; el día que deje de hacerlo será muy triste para mí. La Filología Hispánica, convertida ahora con el Plan Bolonia en el Grado de Lengua y Literatura. Aún puedo aprovechar el último curso que queda de la antigua licenciatura, el cuarto, que será el curso que viene. Después tendré que convalidar las asignatura y pasarme al grado. Mientras tanto por mi cuenta leo mucho, sobre autores, sus obras, los indispensables, y mientras abor mi mente para que tenga cabida lo nuevo y lo viejo: el presente y el pasado. Hay que mirar siempre hacia delante, pero sabiendo siempre lo que queda detrás. Esto me recuerda que un amigo mío me dijo que en la cultura occidental la vida, el pasado, presente, futuro, se ve como una línea recta, por eso decimos que miramos atrás para referirnos al pasado, y adelante para referirnos al futuro. El oriente lo ven como una espiral, de manera que todo se interrelaciona mucho mejor. Artículos de opinión, ensayos, novelas, cuentos, poesía... De todo, hay que hacer de todo y beber de todos.
sábado, 1 de enero de 2011
¡Feliz año nuevo!
Ya está, ya llegó,
Es 2011, por fin entramos en una década nueva, después de todo lo que nos deja la anterior y el comienzo de una nueva era con la brutalidad de los hechos acaecidos un 11 de septiembre de hace diez años. Para éste lo de siempre: buenos propósitos, también de enmienda; planes nuevos, de mejora, el cumplimiento de todo lo pendiente y el comienzo del fin de los excesos propios de estas fechas.
¿Cómo he empezado yo? Contento. El año pasado marcó un punto de inflexión en mi vida motivado por diversos cambios fundamentales y en cierto modo varios de ellos, si no todos, naturales. De ellos iré dejando constancia en este blog. Para empezar el año he tomado una lectura nueva, indispensable, incluso para aquellos como yo, que nos alejamos a una temprana edad de esas creencias semiimpuestas por padres y profesores basadas en una manera de entender el devenir del mundo y las personas: el Creacionismo. Todo lo que esta palabra contiene es enorme, y su influencia en la historia del ser humano desde hace más de dos mil años es vital y de obligado conocimiento. Nombre fundamental, el de Cristo (Jesús para los más pequeños, Jesucristo para la mayoría). Efectivamente, he comenzado la lectura de las Sagradas Escrituras, La Biblia. Rondando los catorce años, gracias al mundo tan abierto que nos ha tocado vivir, abandoné voluntariamente la fe, y no pasó absolutamente nada (tampoco fui por ahí anunciándolo). Es cierto, estudiaba en un colegio de curas y mi abuelo era un creyente intransigente e intolerante, pero fue tan sencillo como ocultarlo sin miedo alguno. Anteriormente a estos hechos me queda la experiencia de haber conocido la Comunión, la Confirmación y varios años de despertares dominicales para la asistencia obligada a la iglesia, como un fiel más, para escuchar el sermón de boca de un padre franciscano, para terminar observando a tal persona deleitarse con la sangre y el cuerpo de cristo, quedando para la auditoría que creyese estar limpia de pecado y culpa o pena el saborear éste último.
Es con lo que empiezo, y por supuesto mucho más, pero ya iré escribiendo sobre todo esto, que queda año para rato. Hasta luegooooo.
Es 2011, por fin entramos en una década nueva, después de todo lo que nos deja la anterior y el comienzo de una nueva era con la brutalidad de los hechos acaecidos un 11 de septiembre de hace diez años. Para éste lo de siempre: buenos propósitos, también de enmienda; planes nuevos, de mejora, el cumplimiento de todo lo pendiente y el comienzo del fin de los excesos propios de estas fechas.
¿Cómo he empezado yo? Contento. El año pasado marcó un punto de inflexión en mi vida motivado por diversos cambios fundamentales y en cierto modo varios de ellos, si no todos, naturales. De ellos iré dejando constancia en este blog. Para empezar el año he tomado una lectura nueva, indispensable, incluso para aquellos como yo, que nos alejamos a una temprana edad de esas creencias semiimpuestas por padres y profesores basadas en una manera de entender el devenir del mundo y las personas: el Creacionismo. Todo lo que esta palabra contiene es enorme, y su influencia en la historia del ser humano desde hace más de dos mil años es vital y de obligado conocimiento. Nombre fundamental, el de Cristo (Jesús para los más pequeños, Jesucristo para la mayoría). Efectivamente, he comenzado la lectura de las Sagradas Escrituras, La Biblia. Rondando los catorce años, gracias al mundo tan abierto que nos ha tocado vivir, abandoné voluntariamente la fe, y no pasó absolutamente nada (tampoco fui por ahí anunciándolo). Es cierto, estudiaba en un colegio de curas y mi abuelo era un creyente intransigente e intolerante, pero fue tan sencillo como ocultarlo sin miedo alguno. Anteriormente a estos hechos me queda la experiencia de haber conocido la Comunión, la Confirmación y varios años de despertares dominicales para la asistencia obligada a la iglesia, como un fiel más, para escuchar el sermón de boca de un padre franciscano, para terminar observando a tal persona deleitarse con la sangre y el cuerpo de cristo, quedando para la auditoría que creyese estar limpia de pecado y culpa o pena el saborear éste último.
Es con lo que empiezo, y por supuesto mucho más, pero ya iré escribiendo sobre todo esto, que queda año para rato. Hasta luegooooo.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
¡¡PINTURA!!
Bueno,
Ésta es la última disciplina que voy a incluir. Aunque procedo de una familia de artistas (por parte de madre, porque mi abuelo fue muy aficionado al dibujo y la pintura y otros antepasados hasta conocidos artistas), no creo que exista una habilidad innata para nada que haya que aprender conscientemente en la vida. Cierto es que siempre se me dio bien el dibujo, y en cuanto empecé a pintar un poco en seguida le cogí el tranquillo. Me recuerdo en una academia, siendo pequeñajo, cerca del cole, en la que practicaba la pintura al óleo, aunque con escaso interés. Pasado el tiempo también recuerdo al profesor hablando con mi hermano y poniéndome verde, porque mi capacidad de atención en una actividad dirigida y con el criterio unánime del docente me resultaba tediosa y harto aburrida.
Con el tiempo, y sin parar de dibujar por mi cuenta, sobre todo aquello que me gustaba tanto que necesitaba plasmarlo de mi puño, pero no mi letra en este caso: Mortadelo, Bart Simpson, pequeños paisajes, etc., descubrí gracias a un amigo un nuevo mundo al que aficionarme, el de las miniaturas. Gracias a una marca inglesa conocida mundialmente, me sumergí en el pintado de figurillas de plomo, con tal obsesión que llegué a alcanzar gran destreza en este ámbito de manera autodidacta, a base de pintar y pintar hasta que me saliera y leyendo muchos artículos de la revista consagrada a la empresa británica. Tendría unos catorce años, y esta ocupación sigue acompañándome hoy en día, aunque de manera esporádica.
Esto se debe a que, desde hace un lustro más o menos, aunque de manera importante y dedicada sólo desde año y medio, consagro buena parte de mi tiempo a la pintura al óleo sobre lienzo, con la que disfruto, acompañado de buena música, pincel en mano y fuerte olor a aguarrás a mi alrededor (esto va a cambiar gracias al "White Spirit") en mi casa y por otro lado en una academia. Creo absolutamente indispensable la formación constante en todo aquello que uno haga, pues jamás se deja de aprender, siendo un poco humildes. Aquí sobre todo gozo de la compañía de otros aficionados a este bello arte de la plasmación e interpretación artística de toda clase de motivos e imágenes. Pero, como siempre, para mí nunca es suficiente, y para este año ya he empezado a hacer contactos para aprender y disfrutar de más tipos de artes gráficas: litografía, grabado, serigrafía y acuarela. Mi condición de aprendiz perpetuo me lleva a necesitar estar conociendo disciplinas nuevas constantemente.
Y de momento así lo dejo hasta el año que viene, deseando a todo el mundo unas muy felices salida y entrada de año y que el próximo sea próspero y aprovechable.
Ésta es la última disciplina que voy a incluir. Aunque procedo de una familia de artistas (por parte de madre, porque mi abuelo fue muy aficionado al dibujo y la pintura y otros antepasados hasta conocidos artistas), no creo que exista una habilidad innata para nada que haya que aprender conscientemente en la vida. Cierto es que siempre se me dio bien el dibujo, y en cuanto empecé a pintar un poco en seguida le cogí el tranquillo. Me recuerdo en una academia, siendo pequeñajo, cerca del cole, en la que practicaba la pintura al óleo, aunque con escaso interés. Pasado el tiempo también recuerdo al profesor hablando con mi hermano y poniéndome verde, porque mi capacidad de atención en una actividad dirigida y con el criterio unánime del docente me resultaba tediosa y harto aburrida.
Con el tiempo, y sin parar de dibujar por mi cuenta, sobre todo aquello que me gustaba tanto que necesitaba plasmarlo de mi puño, pero no mi letra en este caso: Mortadelo, Bart Simpson, pequeños paisajes, etc., descubrí gracias a un amigo un nuevo mundo al que aficionarme, el de las miniaturas. Gracias a una marca inglesa conocida mundialmente, me sumergí en el pintado de figurillas de plomo, con tal obsesión que llegué a alcanzar gran destreza en este ámbito de manera autodidacta, a base de pintar y pintar hasta que me saliera y leyendo muchos artículos de la revista consagrada a la empresa británica. Tendría unos catorce años, y esta ocupación sigue acompañándome hoy en día, aunque de manera esporádica.
Esto se debe a que, desde hace un lustro más o menos, aunque de manera importante y dedicada sólo desde año y medio, consagro buena parte de mi tiempo a la pintura al óleo sobre lienzo, con la que disfruto, acompañado de buena música, pincel en mano y fuerte olor a aguarrás a mi alrededor (esto va a cambiar gracias al "White Spirit") en mi casa y por otro lado en una academia. Creo absolutamente indispensable la formación constante en todo aquello que uno haga, pues jamás se deja de aprender, siendo un poco humildes. Aquí sobre todo gozo de la compañía de otros aficionados a este bello arte de la plasmación e interpretación artística de toda clase de motivos e imágenes. Pero, como siempre, para mí nunca es suficiente, y para este año ya he empezado a hacer contactos para aprender y disfrutar de más tipos de artes gráficas: litografía, grabado, serigrafía y acuarela. Mi condición de aprendiz perpetuo me lleva a necesitar estar conociendo disciplinas nuevas constantemente.
Y de momento así lo dejo hasta el año que viene, deseando a todo el mundo unas muy felices salida y entrada de año y que el próximo sea próspero y aprovechable.
sábado, 25 de diciembre de 2010
¡¡LITERATURA!!
¡A las buenas tardes!,
¿Qué puedo decir de la litertura? Realmente ésta no empezó a interesarme hasta pasada la adolescencia. De todas formas recuerdo que cuando era bastante pequeño, no sé si tendría seis o siete años, estaba en casa de mis abuelos, en el salón, que es donde más tiempo estaban y en donde recibían a todas las visitas. Hablando con mi abuela me preguntó que a qué me gustaba jugar, con qué me entretenía, vamos. No estoy seguro de si dije tal frase yo o me ayudó a terminarla mi yaya (jamás la hemos llamado así, pero un sinónimo aquí me venía de perlas), la cuestión es que lo que dije, con o sin auxilio familiar, debió de gustarle mucho a una persona que no andaba nada lejos del lugar de los hechos, o más bien de las palabras. Desde luego para un niño de tan corta edad y bastante despistado y holgazán, decir semejante sentencia sonaba, o suena en mis recuerdos presentes, más bien a chiste, o como un eco de insolente mentira para hacerme el importante a tan temprana edad de un solo número. El tema es que aquella persona que la escuchó estaba con mi abuelo en el cuarto adyacente a la sala de estar y recepción de visitas, usada como despacho para asuntos legales, tales se trataban por el abogado del que era nieto. Resultado, que pocos días después, en una revistilla, más bien fanzine de barrio, usando la jerga del sector periodístico, salía mi foto y un artículo titulado con semejante mentira hecha titular para dos o tres columnas: "Me gusta jugar a leer".
¿Qué puedo decir de la litertura? Realmente ésta no empezó a interesarme hasta pasada la adolescencia. De todas formas recuerdo que cuando era bastante pequeño, no sé si tendría seis o siete años, estaba en casa de mis abuelos, en el salón, que es donde más tiempo estaban y en donde recibían a todas las visitas. Hablando con mi abuela me preguntó que a qué me gustaba jugar, con qué me entretenía, vamos. No estoy seguro de si dije tal frase yo o me ayudó a terminarla mi yaya (jamás la hemos llamado así, pero un sinónimo aquí me venía de perlas), la cuestión es que lo que dije, con o sin auxilio familiar, debió de gustarle mucho a una persona que no andaba nada lejos del lugar de los hechos, o más bien de las palabras. Desde luego para un niño de tan corta edad y bastante despistado y holgazán, decir semejante sentencia sonaba, o suena en mis recuerdos presentes, más bien a chiste, o como un eco de insolente mentira para hacerme el importante a tan temprana edad de un solo número. El tema es que aquella persona que la escuchó estaba con mi abuelo en el cuarto adyacente a la sala de estar y recepción de visitas, usada como despacho para asuntos legales, tales se trataban por el abogado del que era nieto. Resultado, que pocos días después, en una revistilla, más bien fanzine de barrio, usando la jerga del sector periodístico, salía mi foto y un artículo titulado con semejante mentira hecha titular para dos o tres columnas: "Me gusta jugar a leer".
miércoles, 22 de diciembre de 2010
¡¡MÚSICA!!
Hola de nuevo,
Podría decirse que éste es el gran descubrimiento de mi vida. Es de esas cosas para las que no te crees dotado, más que nada porque nunca las has probado. Lo más cerca que había estado de este mundo me venía de familia. Mi padre siempre ha sido aficionado a la música, desde niño. Vivió, con dificultad, debido a la censura de nuestro país por aquel entonces, toda la revolución del Rock y la música Pop. The Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan, Cream, Led Zeppelin, y tantos otros artistas angloparlantes surgidos de la década de los sesenta, hijos del Rock & Roll de los cincuenta. Aunque mi acercamiento al mundo de la música no era el de aficionado o melómano, sino el de una necesidad de comprender la disciplina, no de escuchar grupos clásicos de mediados del siglo XX. Si bien mi padre siempre había tenido una guitarra en casa, ya fuera clásica o eléctrica, este instrumento nunca había llamado mi atención. De primeras y al ser zurdo, el hecho de tener que hacer unos cambios en las cuerdas que yo siquiera sabía hacer y que tampoco mi padre se molestó en intentar, fueron el primer impedimento, pero el que se escondía y que era realmente el que me impediría tocar sería el desinterés.
Así, sentado con mis hermanos en el asiento trasero de un coche y de camino al lugar de vacaciones o la escapada del fin de semana, crecía escuchando el ritmo y pura melodía de Paul McCartney y John Lennon, imaginando los carnosos y femeninos labios de Mick Jagger o con algunos grandes éxitos de Simon & Garfunkel. Lo que no tenía más remedio que escuchar, debido a mi condición de niño transportado y bajo el mandato paterno, he de reconocer que me encantaba, y es gran parte de la cultura musical que atesoro hasta el día de hoy, aunque hace muy poco resultase excluyente. Sí, cierta cerrazón mental, en parte imbuida por mi padre, no me dejaba ir más allá de lo poco que escuchaba, y que creía lo único bueno. Durante un tiempo en que yo elegía qué escuchar fue todo esto lo que configuraba mi repertorio (habiendo eliminado la piltrafa que me sobraba de la niñez, tipo Carrusel Deportivo, por ejemplo).
Pronto se me empezaba a quedar corto lo que tenía a mi disposición, tan intransigentemente acotado a una minucia musical. Hasta que un buen día me dije: "Si disfruto leyendo a infinidad de autores, estudiando a decenas de aritstas, cuyo trabajo resulta bello, pero sobre todo personal y único, por mucho que se los encasille, ¿por qué no voy a extender mi horizonte auditivo todo lo que me plazca y más?". Dicho y hecho, o al menos empezado...
Podría decirse que éste es el gran descubrimiento de mi vida. Es de esas cosas para las que no te crees dotado, más que nada porque nunca las has probado. Lo más cerca que había estado de este mundo me venía de familia. Mi padre siempre ha sido aficionado a la música, desde niño. Vivió, con dificultad, debido a la censura de nuestro país por aquel entonces, toda la revolución del Rock y la música Pop. The Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan, Cream, Led Zeppelin, y tantos otros artistas angloparlantes surgidos de la década de los sesenta, hijos del Rock & Roll de los cincuenta. Aunque mi acercamiento al mundo de la música no era el de aficionado o melómano, sino el de una necesidad de comprender la disciplina, no de escuchar grupos clásicos de mediados del siglo XX. Si bien mi padre siempre había tenido una guitarra en casa, ya fuera clásica o eléctrica, este instrumento nunca había llamado mi atención. De primeras y al ser zurdo, el hecho de tener que hacer unos cambios en las cuerdas que yo siquiera sabía hacer y que tampoco mi padre se molestó en intentar, fueron el primer impedimento, pero el que se escondía y que era realmente el que me impediría tocar sería el desinterés.
Así, sentado con mis hermanos en el asiento trasero de un coche y de camino al lugar de vacaciones o la escapada del fin de semana, crecía escuchando el ritmo y pura melodía de Paul McCartney y John Lennon, imaginando los carnosos y femeninos labios de Mick Jagger o con algunos grandes éxitos de Simon & Garfunkel. Lo que no tenía más remedio que escuchar, debido a mi condición de niño transportado y bajo el mandato paterno, he de reconocer que me encantaba, y es gran parte de la cultura musical que atesoro hasta el día de hoy, aunque hace muy poco resultase excluyente. Sí, cierta cerrazón mental, en parte imbuida por mi padre, no me dejaba ir más allá de lo poco que escuchaba, y que creía lo único bueno. Durante un tiempo en que yo elegía qué escuchar fue todo esto lo que configuraba mi repertorio (habiendo eliminado la piltrafa que me sobraba de la niñez, tipo Carrusel Deportivo, por ejemplo).
Pronto se me empezaba a quedar corto lo que tenía a mi disposición, tan intransigentemente acotado a una minucia musical. Hasta que un buen día me dije: "Si disfruto leyendo a infinidad de autores, estudiando a decenas de aritstas, cuyo trabajo resulta bello, pero sobre todo personal y único, por mucho que se los encasille, ¿por qué no voy a extender mi horizonte auditivo todo lo que me plazca y más?". Dicho y hecho, o al menos empezado...
sábado, 18 de diciembre de 2010
PRÓLOGO
Hola y bienvenido, amigo lector,
He creado este blog por consejo de un colega. Tengo una cuenta en una red social muy conocida, de la que se ha hecho una película (jeje, sí, esa). Por lo que se ve me pega más, o eso es lo que me ha sugerido esa persona, escribir y explayarme en este tipo de "páginas web". Lo cierto es que donde publico normalmente la posibilidad para extenderse es más reducida, debido a que está más pensado para tener contactos y dejar paqueñas huellas en forma de sentencias cortas, chistecillos o vídeos, así como hacerse con una extensa red de "amigos", término con que se ha dado en llamar a todos aquellos que pasan a formar parte de tu lista privada.
Bueno, el tema es que, de un más bien escaso lapsus de tiempo a esta parte, me decidí por hacer realidad mis sueños (¡he necesitado 29 años para darme cuenta!). Digamos que le doy muchas vueltas a las cosas antes de decidirme a hacerlas, pero una vez lo hago tomo tal determinación que llega a ser hasta obsesiva. Esto no quiere decir, regresando al tema de mi tardanza decisoria, que los 28 años anteriores hubieran pasado en balde. Todo lo acumulado desde el comienzo estaba ahí para que yo lo cogiera y lo transformara de una vez por todas, ¡y de qué manera! Ahora puedo decir que me enorgullezco de mi actitud actual ante la vida, pues creo haberla tomado por el camino correcto.
No puedo ocultar que hay cosas que se me han resistido y que siguen haciéndolo, y ya con 30 años a mis espaldas. Tengo temas pendientes muy importantes por los cuales he sufrido mucho, pero que siempre ha sido un divagar interno que me ha sobrado y que sigue haciéndolo, y que es precisamente eso, el pensar demasiado, el no dejarse llevar de verdad por los sentimientos. Yo sé dar lo que sé dar, pero reconozco que hay parte de la que no tengo ni idea, aunque no me flagelo por ello, porque me han dicho montones de veces que hay cosas que son realmente buenas cuando llegan sin haberlas buscado. Eso es lo que hago, esperar que eso llegue algún día, y que cuando lo haga sea de verdad y para siempre.
Un saludo.
He creado este blog por consejo de un colega. Tengo una cuenta en una red social muy conocida, de la que se ha hecho una película (jeje, sí, esa). Por lo que se ve me pega más, o eso es lo que me ha sugerido esa persona, escribir y explayarme en este tipo de "páginas web". Lo cierto es que donde publico normalmente la posibilidad para extenderse es más reducida, debido a que está más pensado para tener contactos y dejar paqueñas huellas en forma de sentencias cortas, chistecillos o vídeos, así como hacerse con una extensa red de "amigos", término con que se ha dado en llamar a todos aquellos que pasan a formar parte de tu lista privada.
Bueno, el tema es que, de un más bien escaso lapsus de tiempo a esta parte, me decidí por hacer realidad mis sueños (¡he necesitado 29 años para darme cuenta!). Digamos que le doy muchas vueltas a las cosas antes de decidirme a hacerlas, pero una vez lo hago tomo tal determinación que llega a ser hasta obsesiva. Esto no quiere decir, regresando al tema de mi tardanza decisoria, que los 28 años anteriores hubieran pasado en balde. Todo lo acumulado desde el comienzo estaba ahí para que yo lo cogiera y lo transformara de una vez por todas, ¡y de qué manera! Ahora puedo decir que me enorgullezco de mi actitud actual ante la vida, pues creo haberla tomado por el camino correcto.
No puedo ocultar que hay cosas que se me han resistido y que siguen haciéndolo, y ya con 30 años a mis espaldas. Tengo temas pendientes muy importantes por los cuales he sufrido mucho, pero que siempre ha sido un divagar interno que me ha sobrado y que sigue haciéndolo, y que es precisamente eso, el pensar demasiado, el no dejarse llevar de verdad por los sentimientos. Yo sé dar lo que sé dar, pero reconozco que hay parte de la que no tengo ni idea, aunque no me flagelo por ello, porque me han dicho montones de veces que hay cosas que son realmente buenas cuando llegan sin haberlas buscado. Eso es lo que hago, esperar que eso llegue algún día, y que cuando lo haga sea de verdad y para siempre.
Un saludo.
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